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Este es un blog que quiere dar una visión optimista de la sociedad y de la economía mediente una posición positivista de la vida.

domingo, 15 de mayo de 2011

Productividad y salarios

Recientemente una lectura de uno de los grupos de AECA en Linkedin me ha llamado la antención. Es el que se refiere a vincular salarios y productividad. En concreto José Manuel se hace una pregunta importante y es hasta que punto las partes (empleados y dirección) entenderan por igual el factor de referencia, esto es el resultado. Yo añadiría más, ¿qué resultado debe ser considerado para resolver esta situación?. Ene ste punto es importante tener en cuenta que el resultado de las empresas tiene diferentes niveles:, por orden:
1. Resultado bruto de explotación (RBE)
2. Resultado neto de explotación (RNE)
3. Resultado antes de impuestos (RAI)
4. Resultado después de impuestos o resultado del ejerccicio (RDI o RE).
El de mayor difusión es el último de ellos (RDI), precisamente el menos indicado, ya que corresponde única y exclusivamente a los propietarios-inversores.
El RAI es propiedad de los inversores propietarios y del Estado ya que en él participa la Administración del estado a través del Impuesto sobre los beneficios. Por tanto tampoco parece adecuado ya que en tales actividades no tienen capacidad de decisión los trabajadores por consituir los captiales necesarios para el desarrollo de la actividad.
El RNE se distribuye entre los sujetos que aportan fondos financieros a la empresa (prestamistas y propietarios-inversores), amén del Estado, por lo que tampoco parece que sea adecuado por no tener influencia en su asignación los trabajadores, al igual que ocurría en el caso precedente.
El RBE está concebido para compensar además de los anteriormente comentados, el mantenimiento de la empresa en la que desarrolan su labor los trabajadores, vía amortizaciones y corecciones de valor, condición insoslayable, por lo que tampoco esta magnitud parece la aporpiada.
¿Qué nos queda entonces?. Nos tenemos que referir forzosamente a otro concepto el de Valor añadido de la empresa (VAE) ya que es el comportamiento de los trabajadores  en general, unido a los equipos técnicos y los bienes que utilizan los que lo definen.
En un libro de reciente aparición(Análisis económico-Financiero de la empresa. Un análisis desde los datos contable. Ed Garceta, 2011)  me refiero a un ratio de rentabilidad global de la empresa (RGE) que incluye como una magnitud que lo integra la procudtividad del personal y que viene que ni pintado para el caso.






domingo, 1 de mayo de 2011

Resultados de la encuesta

Parece claro que según las respuestas de la encuesta sobre la salud de la economía,  en el año 2011 las cosas no funcionaran. (91% de los encuestados). Tan sólo el 9% señala que no sabe que pasará.

Los mercados

Los mercados tienen en jaque a los paises y, por tanto, a los políticos. Pero ¿que son 'los mercados'?. En realidad, hablar de 'los mercados' no es otra cosa que una especie de prosopopeya, pues personificamos algo que no lo es. Un mercado no es otra cosa que un lugar en donde los sujetos económicos (compradores y vendedores) realizan operaciones (transacciones o acuerdos) por medio de las cuales se fija el precio de los bienes o servicios. Por tanto no deberíamos hablar de los mercados, sino de los sujetos que operan en esos mercados, por cierto, enormemente ávidos de rentabilidad.

En una economía globalizada los sujetos económicos (físicos o jurídicos) se agrupan en otras organizaciones  (otros sujetos económicos), ya sea de forma consciente (e.g. fondos de inversión)  o muchas veces de manera inconsciente (e.g. compañías de seguros, bancos y cajas de ahorro)  que canalizan los fondos por ellos ahorrados con el objeto de rentabilizar los mismos. Las empresas financieras sirven de canal de ampliación e, incluso, actuan como tales, bien de forma directa o indirecta. Los propios estados crean sus propios fondos de inversión (los fondos soberanos de inversión. Por ejemplo, China Kuwait o Arabia Saudita)

La filosofía de un fondo de inversión es simple: capturar recursos líquidos de los ahorradores para invertirlos en diferentes tipos de activos (desde letras del tesoro de un pais, determinado, a acciones de una empresa en particular, pasando por materias primas, vivienda, y otros activos financieros más sofisticados). Esto se suele hacer por medio de una sociedad gestora que se limita a 'ordenar' la inversión y cobra unas comisiones por ello.

Es increíble la cantidad de recursos financieros que mueven estas organizaciones (que son de muchos tipos, características e intereses). Hablamos de cifras que marean (trillones o cuatrillones): sólo en el Reino Unido se gestionaron 575'9 billones de £ en febrero de 2011, la mayor parte en acciones y bonos. En la zona euro más de 5.700 billones de € en diembre de 2010. Pero lo importante es que cada vez estos recursos están concentrados en menos fondos y más especulativos (hedge funds) y son por tanto menos las personas que gestionan los mismos o tienen su control. Por tanto, cuando hablamos de mercados hablamos de gestores e inversores en busca de rentabilidades (retornos) que sirvan para satisfacer a los ahorradores, a los gestores y a la propia empresa (sus socios) y, como no, a los propios gestores, que son agentes especializados y gozan de primas e información cualificada.

Mas allá de esta simple realidad, lo cierto es que estos fondos invierten principalmente en grandes empresas cotizadas, deuda de estado y activos inmobiliarios, siempre buscando que tales inversiones sean líquidas. Cuando no es fácil convertirlas en dinero se buscan mecanismos sofisticados para ello, ya que, además de rentabilidad, se busca liquidez y reducción del riesgo.

Y todo esto a colación de qué.  Es llamativo como últimamente los medios de conunicación nos hablan sin cesar del 'castigo de los mercados' a la deuda de un pais (por ejemplo, y sin ir mas allá, España). Por qué 'los mercados castigan la deuda'. El mercado no puede castigar a nadie, en tal caso serán los sujetos que los gestionan. Y aquí viene la reflexión: si son gestores los que 'castigan la deuda' en un momento en que todos nos vemos obligados a 'ajustarnos el cinturon' parece poco ético ese comportamiento, e incluso desleal para con los paises. La pregunta es: ¿qué papel juega la política o los políticos como garantes del bienestar social en este campo?.

Algunas observaciones deben ser hechas para entender nuestras ideas para el cambio:

  1. Se dice que hoy jugamos en un mundo global, pero la globalización no actúa igual en todos los campos. En el ámbito económico, y particular financiero, ha conseguido grandes avances, también en el comercial, incluso en ciertos aspectos sociales, pero muy poco en el legal. Aquí cada estado quiere preservar, en gran medida, su capacidad regulatoria y esto crea un sistema global totalmente asimétrico en donde juegan a sus anchas las sociedades gestoras de fondos de inversión. Este hecho es sumamente importante, ya que al ser los gestores de estos fondos sujetos económicos globales regulables se desplazan a aquellos lugares (países) en donde menos restricciones legales tienen, llevándose tras de sí ingentes cantidades de recursos financieros. 
  2. En el caso de Europa, su propia existencia plurinacional, de fuertes intereses identitarios, refuerza la circunstancia anterior, máxime cuando se observa la falta de un gobierno central capaz de regir el destino común durante un período de mandato dado. ¿A qué se debe que la mayor parte de los fondos gestores se encuentren en países como Reino Unido o Luxemburgo (en torno a 2 millones de € por habitante)?.
  3. Al fin y a la postre un fondo de inversión se rige por reglas no escritas similares a las de cualquier otro tipo de producto que se comercializa en el mercado (por ejemplo, los tomates o el petróleo), lo que quiere decir que todos los intermediarios impulsan su comercio porque tienen algo que ganar (se llevan su comisión cada vez que pasa de un sujeto a otro a través suyo).

Vistas así las cosas ¿qué se puede hacer para evitar que 'los mercados' en su afán especulador, (aunque legal)  no actúen tan egoistamente?. 
  1. Dado que no parece que pueda haber autorregulación de sus beneficios, y que en un sistema de carácter individualista y liberal no pueden ser recortados compulsivamente, se debe actuar con un sistema impositivo proporcional a su justo egoismo. Sin embargo esto encuentra una dificultad palmaria: la libertad de movimiento de las sociedades gestoras. Por tanto, la tributación debería estar afecta al país en donde invierten y no al lugar en donde actúan o, probablemente, en un sistema dual que penalice al búsqueda de beneficios rápidos. No se nos escapa que no es esta una cuestión fácil que exige de comportamientos regulatorios legales.
  2. El criterio de subsidariedad de responsabilidad debería extenderse, también de manera global, a las compañías gestoras de fondos y, en general, a todos aquellos agentes que particpen como intermediarios en el negocio. De manera que al igual que el mutualista (inversor) se beneficia o se perjudica en función de los resultados, también lo haga el gestor y el intermediario. Me explico con un par de ejemplos posibles.
  • El fondo de inversión L, radicado en Luxemburgo 'vende' a un ciudadano español una participación de 10.000 € con la esperanza de que este gane un 25% de rentabilidad en un año. La operación se hace a través del banco español E, que percibe una comisión (entre idas y venidas) de 100 €. La Hacienda española cobraría automáticamente al efectuarse la operación 1.500 € (60% por tratarse de una inversión especulativa) de L quién, además, se hace responsable de pagar al inversor el diferencial hasta el 25%, caso de alcanzarlo. La Hacienda podrá devolver parte de la rentabilidad no materializada, sin soportar pérdidas. El banco B debe pagar 50 € a la Hacienda por su intervención.
  • Otro caso, el fondo de inversión I, radicado en Irlanda, adquiere deuda Griega a 3 años al 10% para vender a 20.000 € a un inversor irlandés (partícipe del fondo). La hacienda irlandesa percibirá 800 € (40% por no tratarse de una inversión especulativa) de I, al igual de que un 50%  del importe de la comisión de/los intermediario/s que participen. En este caso de deuda pública, si como consecuencia de la actuación en los 'mercados' la deuda perdiera valor, el fondo de inversión y los intermediarios, debería asumir parte de esa pérdida.

Alfonso A. Rojo